Martha G. Orozco Medina
A Través de diversos escenarios que se viven en nuestro entorno observamos el deterioro de los recursos naturales, “La tierra” en su inmensa capacidad de resiliencia y adaptación compensa gran parte de las agresiones, con acciones de respuesta, adaptación, amortiguamiento; pero esta enorme capacidad, tiene un límite y ese límite se traduce en fenómenos como, falta de agua de calidad, especies de gran interés ecosistémico en condición de amenaza o peligro de extinción, calidad del aire en niveles que le son perjudiciales a la vida silvestre y a las personas para mantener su salud, la salud de los suelos en franco deterioro a partir de la presencia de residuos sólidos, tóxicos y peligrosos, así como condiciones críticas por uso y abuso de fertilizantes y plaguicidas. También se aprecia el cambio climático expresado en eventos críticos de sequías, inundaciones, lluvias intensas y fenómenos meteorológicos extremos que atentan contra cultivos, áreas de producción pecuaria, zonas de vivienda y vidas humanas, sequías que a la par de acciones intencionadas provocan incendios y así se empiezan a suceder condiciones como presencia de plagas, afectación a cosechas, cambios en los regímenes de cultivo, enfermedades emergentes COMO EL COVID-19 y reemergentes COMO EL SARAMPION.
Un dato publicado por la Organización Mundial de la salud informa que el 75% de las enfermedades infecciosas que afectan a las comunidades humanas proviene de animales; esto nos pone a REFLEXIONAR, acerca de la importancia de la conservación de la salud de los ecosistemas, puesto la salud de las especies animales que lo componen impacta a las “Sociedades Humanas”, y las consecuencias se van incrementando en severidad y daño.
A propósito de este día, se hace un análisis a partir de algunas contribuciones recibidas por profesionales investigadores del “Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas” (IMACH):
Valentina Davydova: comenta que “El cambio climático”, afecta en gran medida al recurso agua, lo que incide en la sustentabilidad y la seguridad de cada nación, por lo que es muy importante contar una base de datos actualizada del recurso hídrico, puesto que existen datos incompletos y dispersos del recurso; el tema del agua debe seguir visible en el debate climático como un aspecto esencial a reflexionar en el contexto del día de la tierra.
Magdalena Romo: la desvalorización de los recursos naturales se ha convertido en una tendencia que se ve reflejada en los costos ambientales, en atención a ello las organizaciones públicas y privadas, han hecho numerosos esfuerzos para generar políticas públicas y compromisos en lo global y lo local para desarrollar una mayor conciencia ambiental, uno de los principales retos que como sociedad tenemos para contribuir de una mejor forma a la conservación de los recursos naturales es la educación, que nos permita generar la transformación personal como parte de un compromiso y responsabilidad que nos merece el planeta tierra.
Karin Balzaretti: expresa el valor de cuidar y valorar la vida de la única casa que habitamos y tenemos el reto de comprender y aprender que el conocimiento acumulado históricamente ha sido orientado esencialmente a construir desde la inteligencia humana un modelo de desarrollo depredador y saqueador que se ha vulnerado y violentado a sí mismo. Reinventar modos de vida que no destruyan ni despojen a la Tierra, requiere del desarrollo de una inteligencia mayor en el ser humano, una inteligencia cognitiva y espiritual, que discierna entre la mesura y la insensatez, una inteligencia que vaya más allá de la inmediatez y el acumulamiento de todo lo imaginable. Los seres humanos precisamos desarrollar una inteligencia desde la comprensión de lo verdaderamente trascendente, desde la generosidad, la colaboración y la colectividad.
Roberto Maciel: expresa su preocupación acerca de que urge voltear los ojos hacia los recursos abióticos de este planeta que usamos como si fueran un recurso ilimitado. Uno de ellos el agua, tal vez lo más peligroso es que no es visible la calidad del mayor almacén de agua dulce disponible, que es el agua subterránea, recurso que ha perdido su
calidad y cantidad, se requiere contar con metodologías específicas, acorde a las características geológicas de cada región del país, para definir las áreas de recarga y se requiere contar con instrumentos políticos que definan hacia donde crecer. Algunos de los modelos desarrollados por la academia, arrojarán luz sobre la sostenibilidad de algunos acuíferos, ante los cambios climáticos, es así que se requiere de formar especialistas para puestos directivos que participen en la planeación de la urbanización y se defina la capacidad de carga para cada región.
Javier García Velasco: resalta la importancia de problemas como la deforestación en un país megadiverso como el nuestro que influye directamente en el cambio climático, la erosión, la afectación a ciclos biológicos y cadenas tróficas, y su impacto en procesos productivos que se traduce en afectaciones a la seguridad alimentaria de la población. Otro aspecto que destacó es la presencia de contaminantes en el agua que provienen de procesos productivos y de la industria farmacéutica o bien productos del consumo humano, como son hormonas, antibióticos, plaguicidas y químicos semivolátiles cuya magnitud de daño en los ecosistemas acuáticos se desconoce. El reto mayor es continuar trabajando en identificar también propuestas para prevenir la aparición de nuevas formas de degradación y patologías que afectarían a la población.
Elba Castro y Javier Reyes, reflexionan acerca de que las especies silvestres, que han vivido durante siglos el asedio y el sufrimiento; debido a lo cual hoy están en riesgo de extinción: 11% de las aves, 20% de los reptiles, 34% de los peces y, 25% de los anfibios y mamíferos. Su amenaza principal no es un virus, sino la destrucción y fragmentación de sus hábitats; el cambio climático; la caza y tráfico ilegal; y la introducción de especies exóticas. En este periodo como especie humana, se siente un asedio a nivel planetario, que ha orillado a recluirse ante el riesgo y la amenaza del sufrimiento y la muerte por una enfermedad presente en casi todos lugares que habita nuestra especie, ahora que enfrentamos una crisis de salud globalizada, producto de la presión sobre el planeta, es un buen momento para revalorar el cuidado de nuestra especie y de las otras formas de vida. Sería la manera más civilizada de cohabitar la Tierra, comprendiendo nuestras conexiones e interdependencias.
Gabriela Hernández y Raúl Rangel: comentan que con el desarrollo hacia sociedades más complejas, los peligros también evolucionaron, a las amenazas naturales se les sumaron las sanitarias, las químico tecnológicas y las socio-organizativas, como la violencia social, teniendo como origen principal una crisis en el modelo de desarrollo, que permea entre la pobreza, la incultura, el desempleo, la ineficiencia oficial, el narcotráfico, la violencia y la ingobernabilidad, que de alguna forma también permanecen frecuentemente se vinculan a la crisis en nuestros territorios y a la conservación y mantenimiento de los recursos naturales del “planeta tierra”.
Blanca Bojórquez: insiste en el compromiso que tenemos para cuidar nuestro planeta; nuestras culturas ancestrales, siempre han tratado el tema con respeto, por ejemplo los Wixárikas, quiénes le han llamado Tatéi Yurianaka (Madre Tierra), para la realización de cualquier actividad importante de la comunidad, hacen una ceremonia, para pedir permiso y posteriormente para agradecer; por ejemplo cuándo viajan a Real de Catorce a colectar el peyote sagrado, o durante la siembra, desde la preparación de la tierra hasta la cosecha, siempre piden permiso para su realización y dan las gracias a la Madre Tierra por lo obtenido; entonces por nuestra cuenta, además de hablar de la importancia de la conservación del planeta, igualmente deberíamos de dar las gracias por estar aquí y poder usar la tierra para asentar nuestra vivienda, para caminar sobre ella, para producir alimentos, sencillamente es donde estamos parados, invita a que la tratemos con respeto.
Lizette Ramos: como reto para vivir con calidad de vida y bienestar en nuestro planeta tierra, es necesario tomar conciencia de los contextos donde realizamos nuestras actividades y de las condiciones en las que se desarrollan. Desde hace varias décadas Freire planteó que la lectura del mundo siempre precede la lectura de la palabra. Si la lectura del mundo la incorporáramos dentro de nuestras alfabetizaciones básicas, tendríamos una relación más armónica con la naturaleza y un mejor sentido de lugar asociado a los territorios habitados, reconociendo además que este año está dedicado a la diversidad biológica, la invitación es a rendir homenaje a la Tierra a través de prácticas que promuevan la alfabetización para la identificación de la Biodiversidad biológica como indicador de la salud de la Tierra.
Yolanda Feria: en tiempos agitados de desarrollo tecnológico y consumo compulsivo, esto se nos va olvidando y creemos que no necesitamos de la tierra y sus recursos, le hemos perdido respeto y nos engañamos pensando que la podemos sustituir con tecnología. “Este año 2020, ha iniciado con un recordatorio abrumador de lo frágiles y vulnerables que somos como entes biológicos”. Un virus microscópico, nos tiene confinados temiendo por nuestras vidas y poniendo en entredicho el valor desmedido que le damos a los recursos materiales.
Abril Rivera: Hace mención que la biodiversidad es el tema en el que se centra este año el día de la tierra y cita como ésta ha sido dañada, de tal forma que los servicios que brinda se ven afectados en nuestra salud, nutrición, cambios significativos en la distribución de las plantas e insectos, así como la aparición de nuevas enfermedades infecciosas, en éste sentido la biodiversidad es como un indicador de salud del planeta.
A 50 años de que se inició con la celebración del día de la tierra, en el mundo, también en la ciudad de Guadalajara, se “conmemora” un año más por las explosiones del 22 de Abril en el año de 1992, de ese triste acontecimiento aprendimos como sociedad muchas cosas, salieron a flote también valores sociales como el apoyo, la solidaridad y el dolor compartido como habitantes de una misma ciudad, sufrimos al ver como coterráneos perdieron su tranquilidad, trabajo, su patrimonio, sus seres queridos y la fisonomía de su barrio, de éste aprendizaje a partir del “Duelo” colectivo surgieron varias iniciativas, una de las cuáles a nivel universitario fue la fundación de dos programas de posgrados líderes a nivel Nacional e internacional, La Maestría en “Educación Ambiental” posgrado en el que el Dr. Victor Bedoy (coordinador fundador) y la Maestra Elba Castro con la coordinación del Dr. Arturo Curiel, entre otros especialistas, colaboraron en el diseño del plan de estudios y su implementación, programa que ahora coordina la Maestra Elba Castro Rosales, (PNPC CONACYT) y el posgrado “Maestría en Ciencias de la Salud Ambiental” posgrado intercentros CUCBA-CUCS (PNPC CONACYT), impulsado por el Dr. Arturo Curiel Ballesteros y el Dr. Javier García de Alba y con el apoyo del Centro Panamericano de Ecología Humana y Salud de la Organización Panamericana de la Salud a través del Doctor Germán Corey, así como también con la participación de la Dra. Guadalupe Garibay, como coordinadora fundadora en el diseño del plan de estudios, (programa que ahora coordinan la Dra. Lizette Ramos por el CUCBA y el Dr. Felipe de Jesús Lozano por el CUCS). En éste año se cumplen 5 lustros de continuar formando especialistas con un modelo de formación interdisciplinario que aborda la salud de las comunidades humanas y de los ecosistemas, como sistemas complejos y dinámicos, a 25 años de éste suceso, sigue vigente la necesidad de “reflexión” y de generar conocimiento con relación a la salud de los ecosistemas, su cuidado y mantenimiento, para identificar, evaluar y prevenir riesgos.
Es importante reconocer que el IMACH es miembro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) con la participación activa del Dr. Arturo Curiel y la Dra. Guadalupe Garibay como representante de la U de G y parte de la comisión de educación y comunicación.
La comunidad académica del IMACH, se compromete con la sociedad y siguen participando en la generación de información para la atención y abordaje de éstos problemas, éste compromiso universitario nos sigue posicionando en el liderazgo del estudio del ambiente a nivel de Educación Ambiental, Salud Ambiental, Contaminación del Agua y del Aire, Cambio Climático y Evaluación de Riesgos, como algunas de las líneas de investigación más destacadas, también nos hace sensibles a la situación derivada de la pandemia que nos está afectando como habitantes del planeta tierra, seguimos en duelo, porque gran parte de la biodiversidad y de los ecosistemas están en crisis, estamos conmemorando un día triste para Guadalajara por las explosiones del 22 de abril, así la celebración del día de la tierra, es un espacio para la reflexión de como nuestro proceder individual y colectivo influye de forma determinante tanto en la salud personal y pública como en la salud de los ecosistemas.