Si detectas que hay murciélagos viviendo en algunos rincones de tu casa, no los mates, ya que juegan un papel importante en el equilibrio ecológico, mejor toma medidas para que se alejen y busquen otros espacios para vivir.
De acuerdo con Silvia S. Zalapa, académica del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), hay murciélagos insectívoros en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). A raíz de una investigación realizada entre 2017 y 2018 fueron encontradas 22 especies en Chapultepec, Los Colomos y los Guayabos. Aunque los investigadores del CUCBA participantes no se la esperaban, consideran que es posible que esta alta variedad se deba a que la AMG está rodeada de áreas en buen estado de conservación. Sin embargo, si la mancha urbana sigue creciendo, y cambiando el uso de suelo de esas áreas conservadas, sí habrá un efecto negativo en la diversidad de murciélagos en la ZMG.
Mencionó que algunas especies son muy sensibles y se alejan de los ambientes urbanos, y otras que son más tolerantes pueden aprovechar algunos recursos que ofrece la ciudad, por ejemplo, las zonas de perchas (dormideros) en edificios o, para alimentarse, a los insectos que se mueven en la ciudad o que son atraídos por las luminarias.
Los murciélagos por sus hábitos alimenticios ofrecen servicios ambientales importantes. Los que se alimentan de insectos, específicamente, controlan las poblaciones. Los quirópteros insectívoros tienen que salir a comer todas las noches, ya que al ser organismos de talla pequeña no almacenan grasa, entonces retiran del ambiente a muchos insectos, incluyendo las zonas urbanas.
Aunque no se hayan realizado evaluaciones en zonas urbanas, es muy probable que se estén alimentando de mosquitos, y al disminuir las poblaciones de murciélagos, mermaría en gran medida este beneficio, señaló la investigadora.
Aclaró que las especies que prefieren vivir en los árboles no son las que más abundan en la AMG porque no hay mucha masa arbórea en la ciudad. Ejemplares de estas especies pueden encontrarse más hacia las periferias, mientras que en la ciudad hay ejemplares de especies que prefieren aprovechar las oquedades de los edificios.
En cuanto a los peligros para la población que conllevan los murciélagos, no son más los riesgos que representa algún otro organismo silvestre o mascotas. En realidad, no son especies que ataquen al ser humano, ni se sienten atraídos por los lugares en donde hay personas haciendo actividades. Generalmente ellos salen de sus escondrijos en horarios en que los humanos están en sus casas.
Silvia S. Zalapa, académica del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias
La académica reconoció que pueden ser transmisores de algunos patógenos, como el que provoca la rabia, pero no se trata de un riesgo que deba despertar alertas, ya que son pocas las veces en que los humanos coinciden con los murciélagos.
Ha habido casos de personas que reportan que una colonia de murciélagos llegó a vivir a una parte de su casa, como los tejabanes o azoteas.
La académica mencionó que les agradan los techos que son de teja, y en donde se intercala una hacia arriba y otra hacia abajo, de modo que dejan huecos, los cuales gustan a algunas especies para habitarlos. Entonces si una persona detecta que hay murciélagos en esas oquedades, la mejor opción es quitar esas tejas o tapar los orificios, de manera que los murciélagos no entren.
La investigadora explicó que debajo de algunas palmeras se van formando un acumulado de hojas secas junto al tallo o tronco, y esos espacios podrían también atraer a murciélagos insectívoros.
En las casas abandonadas es aconsejable cerrar ventanas y entradas por donde se puedan meter, ya que en esas fincas es muy posible que usen los espacios oscuros y esquinas de las habitaciones.
Destacó que en Colomos pueden encontrarse especies que se alimentan de frutos y néctar, en el caso de éstos últimos se sienten atraídos por los bebederos de colibríes que la gente deja puestos por la noche, en este caso, una solución sería guardarlos al oscurecer.
Explicó que los murciélagos que se alimentan de frutos son dispersores de semillas y contribuyen a la regeneración natural de árboles y plantas, y los que se alimentan de néctar son polinizadores de especies de agaves y otros tipos de plantas de ornato o comestibles que sí son importantes para los seres humanos. Inevitablemente, al momento de estar alimentándose de una flor e ir a otra están participando en la polinización.