Investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), estudian la relación entre la actividad física y la anorexia en modelos experimentales con roedores; y han encontrado que el exceso de actividad ocasiona falta de apetito o efectos en los hábitos alimenticios. El académico del Instituto de Neurociencias (Ineuro) del CUCBA, doctor Héctor Martínez Sánchez –quien estudia la conducta–, ejemplificó que un jugador de futbol, cuando termina un partido, no quiere comida aunque haya pasado tiempo sin ingerir alimento. Durante una rueda de prensa para anunciar las jornadas “Neurociencias en Julio”, a efectuarse del 16 al 20 de julio, dio a conocer que en los experimentos con roedores los han alimentado por una hora durante siete días y los han sometido a una rueda de actividad. “En el primer día, dan mil vueltas y terminan dando, en el último día, 18 mil vueltas, y comen tres o cuatro gramos de alimento. Entonces, cuando están más débiles es cuando más actividad desarrollan, y si no paran, se mueren”, dijo. Esto es lo que puede pasar con las personas que padecen anorexia. “Si se fijan, en la mayoría de los casos y por donde empieza todo esto, es con gente que tenía una actividad excesiva, como modelos, atletas y bailarinas”, consideró Martínez Sánchez. El investigador del instituto, doctor Mario Treviño Villegas, comentó que las neurociencias estudian el cerebro y cómo las células interactúan entre sí para ejecutar funciones del sistema nervioso central, tales como el comando y control del movimiento locomotor. “Nos interesa todo este estudio que va desde lo genético, lo micro, a lo integrativo, además, cómo grupos de células interactúan entre ellas para producir una función biológica relevante, y evidentemente las fallas que en estos sistemas pueden producir o asociarse con patologías relevantes”, agregó. Treviño Villegas subrayó que en México hay avances en la materia; sin embargo, faltan más estudios para conocer toda la información que se requiere para entender la actividad del sistema nervioso central, por lo que es difícil dar conclusiones definitivas. “En ese sentido, vamos por buen camino, porque comenzamos a contar con métodos. Hace 10 años no podíamos conocer la actividad simultánea de cientos de neuronas y ahora ya podemos, pero el cerebro tiene millones de neuronas con cientos de millones de sinapsis”, los cuales son mecanismos de comunicación y que aún se desconocen. Durante la rueda de prensa anunciaron la novena edición de “Neurociencias en Julio”, cuyo objetivo es difundir los estudios con miras a promover la investigación y la formación
profesional en esta materia tanto en la Universidad como en Jalisco. Las jornadas incluirán conferencias, mesas redondas y talleres de investigadores nacionales del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, del IPN; de la UNAM, de El Colegio Nacional; de la Universidad Autónoma de Querétaro, del Hospital Civil de Guadalajara, del ITESO, de la UdeG, entre otras. Las actividades serán gratuitas y abiertas a todo público. El cupo es limitado. Mayor información en la página del instituto http://ineuro.cucba.udg.mx/articulo.php?id=283
Texto: Eduardo Carrillo
Fotografía: Gustavo Alfonzo | David Valdovinos