La Universidad de Guadalajara ha continuado realizando muestreos en la laguna de Cajititlán desde el mes de mayo de 2014 a través del trabajo de investigadores, profesores y estudiantes del Laboratorio de Ecosistemas Marinos y Acuicultura (LEMA) y del Instituto de Limnología del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA).
A la primera quincena de junio de 2015, se observa ya una cantidad considerable de peces muertos en la superficie de la laguna y otros más boqueando, en razón de la falta de oxígeno en el agua.
En el mes de mayo de este mismo año se observó que el elenco de especies tuvo una aparente recuperación, pero al mes siguiente los muestreos evidencian fondos casi anóxicos, circunstancia inadecuada para la supervivencia de los peces.
Las concentraciones de fosfatos disueltos en agua han sido constantes, siendo las posibles causantes de los abundantes tapetes de cianobacterias que habitan la laguna y que agravan la competencia por el oxígeno.
Los muestreos también evidencian que podemos estar al final de un evento reproductivo de Goodea atripinnis (Tiro o mojarra de lama o puerquera), y es posible que estos juveniles se incorporen a las poblaciones reproductivas en próximas fechas.
Lamentablemente, la evidencia hace suponer que se avecina un evento de alta mortandad, que aunque puede no ser tan importante como el ocurrido en 2014, es necesario atenderlo a fin de evitar que, a través de la descomposición de los peces muertos, se contribuya al aumento de las enterobacterias y que esto agrave la circunstancia y provoque, a su vez, mayor mortandad, además de inadecuadas condiciones para el turismo y la recreación.
Con una oportuna limpieza se evitarán los tapetes de peces muertos, así como los malos olores.
Es necesario contrastar los resultados obtenidos hasta ahora por la Universidad de Guadalajara con los de la Comisión Nacional del Agua y, en su caso, la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento. Es necesario sumar variables de estudio para poder elaborar un índice de la calidad del agua que sea preciso, agregando, entre otros parámetros, el de la demanda bioquímica de oxígeno y el carbono disuelto en agua.
Claramente la circunstancia de la laguna de Cajititlán requiere de otra atención, mucho más intensa y de fondo que la que ha recibido hasta el momento, con objeto de que pueda respetar la calidad de vida de los pobladores y de los visitantes que pretenden disfrutarla como atractivo turístico.
Es importante destacar que esta Casa de Estudio ha hecho llegar este breve reporte al licenciado Ismael del Toro Castro, Presidente Municipal de Tlajomulco y a la bióloga María Magdalena Ruiz Mejía, Secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Gobierno de Jalisco.
Doctor Eduardo Juárez Carrillo. Departamento de Ecología.
Laboratorio de Ecosistemas Marinos y Acuicultura (LEMA).
Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA).
Universidad de Guadalajara.
Texto: CUCBA
Fotografía: Alfonso Martínez